sábado, 28 de mayo de 2011

DOLOR DE MADRE -cuento breve de una tragedia-




Al fondo del último recoveco, en las profundidades de su conciencia, la mujer fue arrinconando apretadamente el mayor de sus rencores. Durante mucho tiempo pudo esconderlo de todos. Salvo, claro, de sí misma. En la soledad más absoluta nunca derramaba lágrimas, por ellos solamente insultos. Su sombra era el mudo testigo del modo en que encorvaba la espalda para sacar desde muy hondo todas y cada una de las palabrotas. Y a veces ni siquiera palabras, secos e impiadosos sonidos guturales lacerando el agrio repudio de la sangre. El dolor fue sincero, ¿cómo no serlo?, la mentira anidaba en la razón de tan grande aflicción. Se aferró al pañuelo como un blanco de amnesia, para olvidar todas las manchas, aquellos mocos que ella misma les sonaba. Y lo lavaba para que se viera más limpio. Pero la traición... ¿de qué forma perdonarles la traición? Porque no fue sólo que se alzaron contra la Patria al ensangrentar la tierra queriendo arriar la bandera que los vio nacer. Otras madres de hijos igualmente ganados por la misma causa del odio se dejaron caer en la vergüenza al entender que intentando borrar la historia del país y arrasar sus símbolos, tradiciones y libertades lo que en verdad querían era matar a sus padres. Al fin de cuentas eso es la Patria, la tierra de los padres. Ella se negó a verlo, pero lo vio antes de cerrar los ojos. Esos hijos escupieron en la cara de sus progenitores que la sociedad que les legaban era mierda, tan mierda que merecía ser aplastada bajo la opresión de un trapo rojo. Todo se debía destruir, las leyes, las costumbres y hasta los afectos para dar paso a un hombre nuevo. Un hombre nuevo que no tendría nada de hombre, pero sí mucho de bestia y autómata. 

No pudo soportar sentir semejante vergüenza por haber engendrado esos hijos. ¡Asesinos!, gritó. Y hubo quienes mal creyeron que insultaba a los matadores de su prole. Nunca entendieron el profundo dolor de madre traicionada. El deseo de venganza atronaba día y noche entre sus sienes. A toda hora vociferaba la furia que le arremolinaba el ánimo.

Entonces cierto día conoció a un convicto parricida, y al fin halló el modo de consumar su venganza.

- Hijo, hijo mío -le dijo.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

sábado, 14 de mayo de 2011

LA PRESIDENTE CRISTINA FERNÁNDEZ Y LOS TACOS DE NUESTROS GRANADEROS




Parece más tarde de lo que es. La llovizna comenzó a desprenderse del cielo oscurecido con la suavidad de las caricias. Vicente López, mi ciudad, se arropa de melancolía en noches así. Acaso -hermosa palabra la palabra "acaso"-, se desprendan de este clima respuestas a preguntas que sólo el tiempo podía responder. 

Allá por el 2008, dos días después del voto "no positivo" del Vicepresidente Julio Cobos, escribí en este blog un "Breve anecdotario sobre la figura del Vicepresidente y ciertas ambiciones presidenciales", al que considero bien logrado. Señalando características particulares de la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, cerraba con este párrafo rematado en una intrigante pregunta:

"Kirchner, rompiendo lo que ya era una tradición de los presidentes peronistas iniciada por Perón y ratificada por Ménem, no se presentó a la reelección inmediata, pero eligió e impuso como delfín a su propia esposa. Cristina Fernández de Kirchner es la primera mujer que llega a la Presidencia encabezando la fórmula, y es notorio que su trayectoria demuestra capacidades que desestiman cualquier comparación con Isabel Perón. Pero, a diferencia de Juárez Celman, de Alvear, y del propio Néstor Kirchner, ella convive con el ex Presidente. Ese es otro dato inédito de la política argentina, que me lleva a concluir con esta pregunta cuya respuesta encomiendo al lector: ¿Se dará cuenta que es por ella, y sólo por ella, que suenan los tacos de nuestros granaderos?"

En vida de Néstor Kirchner esa incógnita nunca pudo ser despejada, la afinidad personal y política entre uno y otro naturalmente impedía al observador delimitar las reales incumbencias en la toma de decisiones. Prueba de esa área confusa es que fallecido el ex Presidente la preocupación inmediata fue si la Presidente iba a tener espalda política para soportar el peso del Poder Ejecutivo, dando por sentado así que hasta entonces esa función, por definición unipersonal, era compartida. El "Fuerza Cristina" tan repetido, incluso sobreactuado, por la militancia kirchnerista ratifica esa visión del poder compartido por el matrimonio presidencial como una impresión de propios y extraños.

Con el magistral discurso del 12 de Mayo de 2011 la Presidente de la Nación Argentina, Cristina Fernández viuda de Kirchner, despejó cualquier duda sobre el ejercicio del poder que pudiera sobrevivir a la muerte de su antecesor. Claramente demuestra ahora comprender que los tacos de nuestros granaderos suenan por ella, y sólo por ella. Con la capacidad oratoria que se le reconoce, supo enviar mensajes a distintos públicos pero siempre sobre el mismo eje: es ella la que monta el caballo con la fusta bajo el brazo. Así de claro. No solamente es la Presidente en ejercicio, sino que para continuar siéndolo no necesita de nadie más que su propia voluntad. Por ende no es ella la que necesita de ellos, son ellos los necesitados de ella, y ellos son esa ficción que da en llamarse kirchnerismo y desaparecería de un chasquido sin dejar huella si declinara su candidatura.

Además de un manejo notable del diapasón político, la Presidente Fernández lleva adelante una puesta en escena completamente admirable. En la explotación del luto, y fingiendo que la debilidad física la pone al borde del renunciamiento, juega retocando la liturgia peronista a desarrollar una audaz hipótesis de historia contrafáctica: la de representar a una Eva Duarte viuda de Perón.


En el imaginario delirante de la izquierda, obsesionada con el entrismo al peronismo y adoctrinada por Tim Rice (el inglés que escribió la ópera rock "Evita"), allí donde militan incongruentes políticos como Ángel Cappa -capaz de reivindicarse como un peronista de base opuesto a Perón ¿?-, la historia argentina pudo haber desembocado en una revolución netamente socialista si el cáncer de útero hubiese sido testicular. Cristina Fernández sabe que más allá de quien enviudara eso nunca fue ni remotamente posible, pero también entiende que lo que está en el imaginario colectivo, con la confusión ideológica que brinda la superficialidad del marketing progre, puede ser bien capitalizado. De hecho tanto Kirchner como ella, falseando la historia sin asco ni vergüenza, lograron amansar la zurda haciendo flamear la bandera de los derechos humanos y atribuyéndose una pretendida refundación del país para terminar luego cobijando tanto a Menem como a Saadi.

Al kirchnerismo, ese rejuntado de infiltrados marxistas, peronistas de lealtades pragmáticas, algún que otro iluso bien intencionado (siempre los hay), filibusteros de los derechos humanos y amigos del capitalismo de amigos que hacen buenos negocios, nunca lo unió el amor, tampoco el espanto, solamente el titinar de las monedas.

La Presidente Cristina Fernández, viuda de Kirchner, los conoce bien. Tanto que no requiere de nadie que le abra los ojos ni la sostenga. Retados por ella algunos bajarán la cabeza y retrocederán dos pasos, con la incorregible intención de -a su tiempo- embestir furiosamente para llevarse una tajada más grande. Tanto lo sabe, y tan por encima de ellos se ha colocado, que demostrándose política de raza hasta se permitió tender un sugestivo puente cuando denostó a los que tras candidatearse a la Presidencia de la Nación "no se presentan porque no pueden ganar".

Dias antes Eduardo Duhalde había dicho: "No puedo defraudar a muchísima gente que en todas las provincias de Argentina quieren que me presente. Si tengo que ganar gano, y si tengo que perder pierdo, pero presentarme no tenga ninguna duda".

Es difícil precisar desde cuando, pero es un hecho que la Presidente Cristina Fernández sabe ahora que es por ella que suenan los tacos de nuestros granaderos. Eso es bueno. Siempre conviene al país un Presidente seguro de su poder. Supongo que irá por su reelección, pero jugando el juego que mejor le conviene jugar, con el cronómetro en la mano y poniendo los puntos donde se le antoje, incluyendo a quien completando fórmula vaya  por la Vicepresidencia.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

miércoles, 4 de mayo de 2011

SIC TRANSIT GLORIA MUNDI (así pasa la gloria del mundo)


No pretendo ser original, por el contrario. Afortunadamente esto viene de antiguo. Cada tanto hay que decirlo, ponerlo en relieve. Si se quiere, ser obvio, cursi, trillado y hasta primitivo. La modernidad puede estar impulsando otros modelos de vida, dibujando nuevos horizontes de realización individual, pretendiendo entronizar valores laxos de mentida igualdad y falluta responsabilidad social; el glamoroso vacío de novedades en el catálogo deslumbra en la superficie, pero en el fondo cada nuevo engendro hace valorar más la tradición. Así fue, y así será.

A diario emprendemos la rutina tan metidos en las cosas que hay que hacer que corremos el riesgo de perdernos la belleza de algunos momentos cotidianos. Y sin embargo, incluso con dos mil dos preocupaciones en la cabeza, como un reflejo de salud mental, siempre nos queda ese segundo de darnos cuenta. Digo, cosas de las más sencillas, la pausa de un flash enmarcando algún gesto, una sensación, una palabra. Las pequeñas compensaciones que al cabo justifican los desvelos, preocupaciones y trizas de sueños que en pos de otros sueños han ido quedando esparcidas por el camino. Lo esencial para sostenerse necesita despojarse de lo transitorio, así, del modo en que caen las hojas del árbol.

Se sabe escuchando la risa en coro de los hijos. Viéndose en una mirada de mujer enamorada. Acariciando la marca en la pared de cuando al "enano" se lo podía ver desde arriba. Entendiendo el rumbo elemental de la vida. 

Nada más bello que las cosas simples. Lo demás es apenas lo demás.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha.
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López


¿Qué es la Derecha?

¿Qué es la Derecha?
La Derecha, soy yo.

Ariel Corbat

Ariel Corbat
Ariel Corbat